Un cuarto de equipaje

Soledad, una inmigrante ecuatoriana de 65 años, regresa a su hogar con un carrito de compras repleto. Mientras conversa por el celular con su hija, se dedica a preparar una maleta cargada de regalos para su familia en Ecuador. No solo la llena con lo que ha traído en el carrito; a medida que se sumerge en un viaje de fantasías y recuerdos sobre sus seres queridos, selecciona cuidadosamente qué enviar entre los innumerables objetos que ha acumulado en una montaña de equipaje dentro de su pequeña habitación. En este proceso, cada objeto se convierte en un símbolo de amor, nostalgia, reflejando su profundo anhelo de mantener los lazos familiares a pesar de la distancia.