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Trabajo

Manchinery, de Luis Soldevilla

abril 20, 2016 by Retina Latina Dejar un comentario

La expansión creativa de la imagen-movimiento, una dimensión que se parece bastante al cine pero que no es necesariamente cine. Hay excepciones, o más bien intersecciones, y he aquí una prueba material, en donde una instalación de video puede transmutar en cine o ser vista como tal. En efecto, Manchinery resiste a su proyección cinematográfica, que no es equivalente a las condiciones de realización de su propia naturaleza y exhibición (lo que se ve aquí, si se tratara de una instalación, necesitaría de cuatro proyectores que darían como resultado una división real y material de los cuatro planos que constituyen el video y que forman una unidad de representación).

Como el título lo sugiere, el tema del film no es otro que la fascinación por las máquinas y su funcionamiento, y también la alusión discreta de la enrevesada relación de estas con los hombres. Las máquinas elegidas pertenecen a una unidad de producción que en los últimos minutos se revela ligada a la confección de material gráfico. No hay aquí indicaciones sobre la pertinencia de esos medios de producción, solamente un meticuloso seguimiento de todos los procesos requeridos para la obtención de un producto, que tampoco es develado en su totalidad. A los hombres, por otra parte, se les otorga un papel casi secundario, al menos desde la poca visibilidad de sus manos y rostros; sin embargo, uno de los planos más poderosos de Manchinery es aquel en el que se observa a los operarios de la fábrica entrar al emplazamiento productivo en el que trabajarán con esas máquinas, las cuales probablemente no les pertenecen. La elección del plano no es caprichosa: el desplazamiento de los trabajadores amontonados, poniendo el centro de gravedad perceptivo en los pies de estos, implica una perspectiva específica.

Si se olvida la genealogía de Manchinery, la división del plano en cuatro segmentos opera como un modelo de representación paradójico del trabajo: las etapas de la manufactura pueden lucir aisladas y autosuficientes, acciones fragmentarias que esconden el encadenamiento entre unas y otras, algo que Luis Soldevilla conjura con elegancia utilizando la división del registro para mostrar la suma y sucesión de todo el proceso de fabricación. Algo similar sucede con la forma de trabajar el sonido, que se ve desplazada de la izquierda del plano hacia la derecha y envuelve así los cuatro fragmentos visuales.

Película conceptual, sin duda alguna, pero que dista de ser fría y estructural. Filmar el trabajo y sus medios elude la distancia; la naturaleza de cualquier labor convoca a uno de los hechos más escabrosos de la vida de los hombres: la división del trabajo. El plano aludido más arriba sobre los trabajadores es la evidencia fugaz de la posición desde dónde se mira.

Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Archivado en:Reseña Etiquetado con:Fábricas, Máquinas, Trabajo

Rodri, de Franco Lolli

abril 8, 2016 by Retina Latina Dejar un comentario

Curioso y exasperante, simpático y aterrador, Rodrigo tiene 47 años y hace ocho que no trabaja ni hace nada productivo. Mantenido por una herencia de su familia de clase media, “Rodri” rechaza un trabajo que le consigue su hermana de secretario en una anodina empresa porque no le gusta y no parece interesado en hacer otra cosa que no sea beber con amigos, ver videos musicales y acariciar a su gato. Las hermanas lo enfrentarán en una reunión familiar, pero Rodri seguirá fiel a sus principios de no trabajar donde no le gusta y de intentar recrear un aparentemente problemático pasado con una ex mujer en Cartagena, montar un negocio y “ser feliz”. Algo que, por lo que parece, ha intentado otras veces sin suerte.

En este corto presentado en el Festival Cannes, Lolli observa -mediante una cámara espía que interviene poco y deja a los personajes explayarse en sus contradicciones- un mundo urbano, alejado de todo exotismo de exportación, en el que personas que parecen interpretar versiones de sí mismos lidian con la ligeramente cómica pero finalmente frustrante situación en la que los mete Rodri, a quien pasan de acusar y atacar a celebrar y perdonar, en una relación de amor-odio que se manifiesta de una manera muy natural y creíble.

Rara avis dentro del cine colombiano y radicado en Francia, el director de Gente de bien apuesta por retratar de manera afectiva, pero crítica a la vez las dificultades de un personaje de clase media que se ha quedado fuera de algún tipo de carrera hacia lo que llaman éxito y trata de mantenerse agarrado, como puede, a una idea un tanto absurda pero finalmente romántica y enternecedora de encontrar la felicidad a su manera.

Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Archivado en:Reseña Etiquetado con:Ciudad, Familia, Festival Cannes, Rara avis, Trabajo

Cilantro y perejil, de Rafael Montero

abril 8, 2016 by Retina Latina Dejar un comentario

Susana y Carlos son un matrimonio con dos hijos que se separa debido a que el marido sólo parece pensar en su trabajo y jamás en su familia. Ya cada uno por su lado, la película narrará los intentos personales por hallar nuevas parejas o compañías pasajeras mientras lidian con los niños y con los intentos de reconciliación generados la mayoría de las veces por él. La separación de ambos se observa en el marco de un documental sobre “parejas” que filma la hermana de Susana, por lo que los vemos hablar muchas veces a cámara. Ese formato le permite a la película analizar también otras potenciales relaciones de pareja: la de su propia hermana y un músico de rock, y la de una incipiente dupla de más edad (con la abuela de Susana), además de mostrar a un psicólogo que, entre escena y escena, da sus opiniones sobre el tema del amor.

La película, distinguida con nueve premios Ariel en 1996 y muy exitosa comercialmente en su país, propone una mirada accesible y “para todo público” a las dificultades que atraviesan los recién separados respecto a la complicación de encontrar nuevas parejas, el cuidado de los hijos y la dependencia con sus anteriores compañeros. Situaciones incómodas que se acumulan, reencuentros impensados y la sensación permanente de que es difícil encontrar alguien a la altura de la persona que se tenía son los ejes narrativos que recorre el film que, estética y temáticamente, se muestra deudor de la época en la que transcurre y de su contexto.

Con la actuación de un muy joven Demián Bichir junto a Arcelia Ramírez y Germán Dehesa -como el psicólogo en cuestión-, la película se apoya en las similitudes y diferencias entre los dos componentes (vegetales) de su título para intentar una metáfora sobre la diferencia entre los sexos a la hora de enfrentarse a cuestiones como el amor y el deseo, sin escaparse de las definiciones tradicionales en la materia. Como “comedia de rematrimonio” que es, Cilantro y perejil finalmente termina encontrando en esas dificultades, en esas pruebas, una suerte de test sobre qué significa el verdadero amor.

Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Archivado en:Reseña Etiquetado con:Amor, Familia, Parejas, Trabajo

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