• Ingreso
  • Registro
  • Ir a navegación principal
  • Ir al contenido principal
  • Ir a la barra lateral primaria
  • Ir al pie de página
Retina Latina

Retina Latina

Tu sitio para ver cine latinoamericano

  • Inicio
  • Películas
    • Formato
      • Cortometrajes
      • Largometrajes
    • Género
      • Documental
      • Ficción
    • País
      • Bolivia
      • Colombia
      • Ecuador
      • México
      • Perú
      • Uruguay
    • Otros
      • Archivo
  • Colecciones
  • Conexión Retina
    • Noticias
    • Conecta
      • ¿Qué es?
      • Invitados
      • Participantes
      • Programación
      • Aliados
      • Organización
    • Especiales
      • Parwarimun
      • Especiales anteriores
        • Transcinema
        • Bogoshorts 2020
        • Cine Crea Colombia 2020
        • Festival de cine radical
        • Festival Eureka
        • Festival AJAYU
        • Restaurados 2020
        • Festival de cine de Trujillo – Perú
        • Festival cortos de vista
        • Especial CICLA 2020 (octava edición)
        • 19 Festival internacional de la imagen
        • Especial – Premios Quirino
  • Mundo

Ciclo

Cachila, de Sebastián Bednarik y Andrés Varela

octubre 20, 2016 by Retina Latina

Cachila es el apodo de Waldemar Silva, un hombre que nació en una familia ligada al candombe y cuyo padre desde muy chico le legó un sentido de trascendencia por esa práctica musical de índole popular que el propio Cachila a su vez ha inculcado como herencia simbólica a sus propios hijos y familiares directos. El tema del segundo film del director Sebastián Bednarik (codirigido con Andrés Varela) es la música; su contexto, la transmisión de una tradición popular por cuatro generaciones, tal como lo dejan entrever sin ambages las últimas secuencias con el nieto de Cachila haciendo sonar el pequeño tamborcito de juguete.

El relato empieza con su lugar mítico fundacional: el exconventillo Medio Mundo, en Cuareim 1080, una calle de Montevideo, ciudad que aparece filmada de un modo poco convencional. Ese recinto reunía a muchísimos músicos, y el propio Silva reconstruye la historia específica del edificio que lo llevó a estar “arriba del tambor” todo el día. En ese pasaje inicial, algunas fotos pretéritas y algún material de archivo acompañan la reconstrucción oral del protagonista. El resultado es magnífico porque el contraste entre la imágenes del pasado respecto del presente revela algo inconmensurable, y no solamente porque en tiempos de dictadura los militares se ocuparon de acabar con los conventillos. Las memorias visuales de décadas pasadas parecen representar un mundo superado; en algún punto, el protagonista reconoció, formando parte de Morenada (una compañía), la necesidad de proteger el candombe del paso del tiempo.

Tras ese prólogo, el film se concentra en los ensayos y en la participación de Cuareim 1080, la comparsa fundada por el propio Silva, en algunos torneos nacionales, como también en algunas presentaciones para las que el grupo es contratado. Entre concurso y concurso, en donde a veces se gana o se pierde, los miembros de la comparsa se forman más allá de los requerimientos de la disciplina. El emprendimiento cultural y familiar exige carácter y compromiso, y eso es lo que detentan los hijos de Silva, convencidos fervorosos de una actividad que en Uruguay tiene carácter institucional y deportivo.

Bednarik y Varela sacan provecho de sus personajes, ordenan narrativamente las actividades del grupo, establecen una creíble relación en el tiempo de la familia con la actividad artística en cuestión y demuestran un gran sentido espacial para hacer correr su relato. Las geométricas panorámicas de la ciudad y el registro del conjunto enfatizan la labor colectiva y no individual, y posibilitan observar y escuchar una expresión sensible y auténtica de la cultura popular.

Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Archivado en:Reseña Etiquetado con:Afro, Ciclo, Uruguay

Los posibles caminos del cine colombiano

febrero 29, 2016 by Retina Latina 1 comentario

Ciclo: Cine colombiano

A la pregunta “¿Qué es el cine?” se la puede responder de muchas formas. La primera respuesta canónica y característica de un sentido común globalizado consiste en apelar al concepto de un arte que debe contar historias, respuesta plausible pero incompleta. En efecto, gran parte del cine puede circunscribirse a esa voluntad de narrar, pero no todo el cine se restringe necesariamente a fabricar relatos en tres actos. El cine puede ser una forma de intensificación de la percepción, una máquina popular de exploración del mundo, en definitiva, un arte libre en invención permanente nacido como una necesidad física y científica de atrapar el movimiento en su duración. Cada respuesta es correcta y todavía se podrían aportar otras.

Más difícil consiste en decir qué es el cine seguido de una adjetivación que aluda a un territorio y le confiera una inquietud por su nacionalidad. ¿Qué es entonces el cine colombiano? En principio, el cine como tal es constituido por miles de películas, y es en la suma de miles de ejemplos que se posibilita agrupar expresiones parecidas y diferentes, y así entonces divisar formas y temas que en última instancia singularizan modos de hacer cine. En otras palabras, es casi imposible –aunque el fervor nacionalista lo requiera– decir qué es el cine colombiano y si existe por consiguiente una zona de intersección que nacionalice las expresiones cinematográficas de cientos de directores que comparten una lengua, una historia y una Historia en común.

Si el punto de partida fuera estrictamente predicar de La Playa D.C., La Sirga, Alguien mató algo, Este pueblo necesita un muerto y La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo una idea general del cine colombiano, a pesar de la inconmensurabilidad estética entre cada uno de los títulos citados habría una mínima evidencia de que sí existe un patrón que conecta esos films.

Un espectador sensible y atento podrá encontrar en La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo los temas capitales que se repiten luego en las otras películas, una selección escueta pero representativa de una cinematografía nacional. Sucede que en el magnífico retrato del gran Luis Ospina sobre el iconoclasta escritor (y también cineasta) colombiano Fernando Vallejo se alcanzan a ver todos los tópicos que atraviesan el resto de las películas. Ya el inicio, en el que se escucha a Vallejo enumerando los males de su país, podría funcionar como un identificador simbólico del resto de los films y sus propósitos narrativos por desarrollar: el cristianismo, el infinito padecimiento de una guerra vinculada al narcotráfico y la iniquidad en el seno de una sociedad (no sólo representada por los que más tienen y menos tienen, sino también por la brecha entre los que gobiernan y son gobernados) se repiten directa o indirectamente en cada uno de los relatos.

En lo que difieren cada una de las películas es en sus poéticas. Aun así, la sofisticación formal de La Sirga y la duración de sus planos está en sintonía formal con la elegancia de El abrazo de la serpiente y algunos fragmentos de La Playa D.C., tres películas recientes del cine colombiano en las que se percibe una ostensible evolución estética de una cinematografía nacional. En estos tres títulos, acaso, se pueda adivinar el futuro mediato del cine colombiano, que está más allá de candidaturas al Oscar y de haber pasado en los tres casos mencionados por el prestigioso festival de Cannes. La virtud estética y la pertinencia conceptual de esas películas resultan independientes de esos contextos de legitimación. Valen por sí mismas y suman para seguir preguntándose sobre el cine colombiano en particular y el cine en general.

Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Archivado en:Noticias Etiquetado con:Ciclo, Cine, Colombiano

Barra lateral primaria

 

Coordinación plataforma
Logo Gobierno de Colombia
Entidades miembros
Logo Conacine - Bolivia Bolivia Logo Ministerio de Cultura - Colombia Colombia Logo Instituto de cine y creación audiovisual - Ecuador Ecuador Logo Instituo Mexicano de Cinematografía - México México Logo Ministerio de Cultura - Perú Perú Logo Dirección del Cine y Audiovisual Nacional - Uruguay Uruguay

Footer

Redes sociales

  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter
  • YouTube

Retina Latina

  • Acerca de Retina Latina
  • Ayuda
  • Contacto
  • Aviso legal
Descarga la APP
APP Retina Latina APP Retina Latina