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Silencio en el Paraíso
La realidad de la miseria y de la guerra se cierne sobre los muchachos de un barrio popular de Bogotá.
Ronald tiene 20 años, es el propietario de una bicicleta engallada con la que recorre, haciendo publicidad a fuerza de voz y megáfono, las polvorientas calles del barrio el Paraíso; un enclave de miseria con una vista privilegiada sobre la ciudad de Bogotá.
Está enamorado de Lady, una chica del barrio, con la que vivirá una historia de amor que se verá truncada por el absurdo, cuando un teniente ambicioso y un sargento sin escrúpulos y su amante montan una fábrica de bajas en combate para lograr ascensos y recompensas.
Ficha técnica y artística
Dirección: Colbert García
Asistencia de dirección: María Helena Pérez
País de producción: Colombia
Compañía productora: Ocho y Medios Comunicación LTDA
Producción: Carolina Aponte
Producción ejecutiva: Luis Faridy García, Jairo González, Catherine Dunga
Dirección de fotografía: René Castellanos
Cámara: Alex Restrepo
Sonido directo: José Jairo Flórez F.
Música: David Pinzón, Andres Quintero
Montaje: Andrés Porras
Dirección de arte: Vilma Rivera
El centralismo en Colombia es un problema muy, muy serio. La visión bogotana de TODAS las cosas es lo que los colombianos consumen a diario desde que la televisión existe y la capital concentra las posibilidades de emitir y hacer cine comercial. Gracias a Dios el cine colombiano ha sido más una lucha de artistas por consolidad una identidad nacional, que una iniciativa empresarial; sino, la producción nuestra sería barata y mala en su mayoría. Esta vez, una muy rara, la relación con la realidad bogotana, o mejor aun, de Ciudad Bolívar y Soacha, tiene una justificación muy clara. La realidad salvaje de los «falsos positivos» se mira casi de soslayo, tanto que extraña que una cinta sobre una tragedia nacional sea tan /sexy/. Pero el gran logro es retratar la inocencia del amor juvenil, la lucha por el pan de cada día entre los hampones y las tensiones dentro de la familia. Ese tipo de cosas, cuando están bien contadas, se vuelven un tesoro. Hacen que, como dice Víctor Gaviria, la historia se vuelva universal, se entienda en la China, en Irán, en Bélgica; como nos pasa a nosotros con las joyas de la cinematografía mundial. Es obvio que el conflicto está vivo y estaba más fuerte cuando se rodó la película, pero ojalá podamos tomar el riesgo de ver la historia desde los ojos de las madres que dan el testimonio al final. Que se pueda mostrar a los grandes responsables sin tener que temer por la seguridad de actores, guionistas o de todo el equipo…
La realidad se confunde con la ficción y la imaginación de sus creadores pero no tan lejos esta de lo qué realmente sucedió y de cómo se dieron estos acontecimientos que empañaron el accionar del ejercito y por ende del sr presidente de esa época y al cual se le han descubierto muchos más atrocidades,un recuerdo de lo qué viven los jóvenes de escasos recursos que fueron engañados y asesinados sin misericordia, no olvidar a tantos jóvenes que perdieron la vida por unos pesos.