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Entrevista a sonidistas latinoamericanos

18

Ago
2020

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Entrevista a sonidistas latinoamericanos

A propósito del ciclo de agosto, El sonido en el cine latinoamericano entrevistamos a sonidistas cinematográficos de Colombia y México, Perú y Uruguay para que nos cuenten sobre los factores que influyeron en ellos al momento de dedicarse al oficio y la profesión del sonido. Así mismo, los sonidistas que han participado con una o más películas en Retina, nos contaron sobre los retos y oportunidades de hacer cine en América Latina y sobre los referentes del sonido cinematográfico en su vida profesional.

El próximo lunes 31 de agosto, estos profesionales del sonido cinematográfico en América Latina, participarán en una conversación en un Facebook Live de Retina Latina para ampliar el panorama de la profesión en la región. La cita es a las 17 horas de Colombia, Perú y México, a las 18 horas de Bolivia y a las 19 horas de Uruguay.

Isabel Torres

Colombia

Comunicadora Social y Cineasta con especialización en sonido de la EICTV. Su trabajo como sonidista abarca desde el sonido directo hasta el diseño y edición de sonido para cine.

Axel Muñoz

México

Director de cine y sonidista. Fue galardonado con el premio al Mejor Sonido del Festival Ícaro 2012. Es profesor de cine en la academia de San Carlos, el Centro de Capacitación Cinematográfica.

Yesid Vásquez

Colombia

Realizador de Cine y Televisión con estudios en sonido directo, documental y guión. Miembro fundador y actual presidente de la Asociación Colombiana de Sonido Cinematográfico – ADSC

Ramiro Fierro

Colombia

Estudió cine con especialidad en sonido en la EICTV. Colombiano de nacimiento y boliviano por adopción, vive y trabaja en los dos países. Es miembro fundador de la Asociación Colombiana de Sonido Cinematográfico.

Rosa María Oliart

Perú

Comunicadora. Es docente en el campo del sonido en la Universidad de Lima, la PUCP, en EPIC. También ha participado como docente en el Instituto de ciencias del Sonido Orson Welles y en la EICTV.

Fabián Oliver

Uruguay

Estudió sonido para cine en Francia entre 1989 y 1992. Desde 1992 trabaja profesionalmente como sonidista y director de sonido en largometrajes, series de TV, documentales y comerciales para television.

Juan José Luzuriaga

Ecuador

Estudió Artes del Espectáculo y estudió sonido en la escuela de cine La Fémis, de París. Desde 2008 es profesor de sonido en el INCINE de Quito. Ha participado en la creación de sonido de más de medio centenar películas, algunas nominadas y premiadas al mejor sonido

Lean las entrevistas aquí:

Isabel Torres

¿Qué razones lo (la) llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?
Isabel Torres: Para ser sincera, la razón que me llevó al sonido cinematográfico fue una relación, un noviazgo. Yo soy comunicadora social, desde la universidad me interesó el lenguaje audiovisual y sus áreas técnicas, pero en la carrera sólo me hablaron de imagen así que yo me veía como camarógrafa o editora, eso también me llamaba la atención; el sonido jamás se nombró ni por equivocación. Al salir de la universidad me vinculé laboralmente coordinando los talleres IMAGINANDO NUESTRA IMAGEN de la dirección de cine de Mincultura en la ciudad de Pasto. Ahí por primera vez asistí a una clase de sonido y quedé maravillada con la sutileza del oficio y esa mezcla entre ciencia, técnica y arte. Empecé a practicar como asistente de sonido por un novio que tuve, que fue donde conocí el oficio y entré en el dilema de la fotografía o el sonido. Ya había tenido un acercamiento teórico y práctico al sonido, pero en la fotografía no había sido posible pasar de la teoría, es tal vez el departamento más machista del cine y para finales de los 90 era aún peor, entonces, para elegir con criterio me inscribí a una beca para realizar un taller de fotografía de un mes en la Escuela de Cine San Antonio de los Baños en Cuba, hice el taller y el último día descubrí que el salón siguiente era el aula del curso regular en sonido. Entré y había micrófonos, grabadoras y un profesor escuchaba música. Se presentó me dijo que era José Rosado el profesor de música de la cátedra de sonido y ese día supe que quería ser sonidista, no fotógrafa. Un año después entré a esa misma escuela a estudiar la especialidad en sonido. Con el novio terminé, con el sonido sigo.


¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina? Isabel Torres: Bueno no son muchas. Las opciones van por dos principales vías : el empirismo y los pocos programas de sonido que hay en la región. EL empirismo ha sido muy popular en nuestro continente y consiste en ser pupilo (a) de algún sonidista y aprender el oficio haciéndolo. En América Latina se pueden encontrar especializaciones en sonido cinematográfico en la EICTV en Cuba, luego en la FUC en Argentina. En este país también hay alguna oferta de cursos dados por el sindicato o privados en distintas áreas del sonido cinematográfico. Por lo demás el sonido sólo es una materia en los diversos programas de cine y audiovisuales con unas cuantas horas que no llegan a ser más del 20%, siendo muy generosa en mi apreciación, del currículum de los programas y muchas veces esta materia es dictada por personas con formación musical y no audiovisual.


¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?

Isabel Torres: El mercado del sonido siempre será mejor que el de otras áreas de la cinematografía en todos los lugares, porque somos menos las personas que nos decidimos por este rol. Así que en América Latina, en las áreas técnicas seguimos siendo pocos y pocas sonidistas en comparación a quienes se dedican a la dirección, producción, fotografía, arte. Además la forma de producción aquí hace mucho énfasis en el sonido directo, no es una cinematografía que acostumbre doblar, a menos que sea necesario. Sin embargo, para la postproducción de sonido es un campo mas difícil, el desconocimiento de los procesos en este momento de la creación cinematográfica hace que no sean pagados de acuerdo al trabajo realizado y al dinero invertido en infraestructura. Finalmente sigue siendo mejor negocio ser sonidista que fotógrafa, un área que importa tan poco, así que no interesa si la hace una mujer y por otro lado somos menos, así que siempre habrá algo de trabajo.


¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado? ¿Por qué?

Isabel Torres: Debo confesar que no soy seguidora de referentes, nombres o listados, he visto muchas películas que no recuerdo, lo que jamás olvido es una emoción. Así que mis referentes son bien populares y comunes, si se me pide dar nombres podría hablar de Walter Murch y Lucrecia Martel; el primero porque es el maestro de todo aquel que se interesó alguna vez en su vida en el sonido cinematográfico, ha escrito la historia de la evolución del sonido de la mera herramienta técnica a la narrativa, puso en el radar el término diseñador de sonido y ha entregado al cine trabajos de gran logro técnico y emotivo como el de la película La Conversación o un referente indiscutible en el estudio del sonido cinematográfico como es Apocalypse Now. Y Lucrecia Martel porque además de identificarme con sus historias y su forma de contarlas es una directora consciente del sonido, clara en el uso de la herramienta, comprometida con cada susurro y estallido de sus historias. Espero que escriba algún día ensayos sobre cómo aborda el trabajo sonoro en sus películas.


Comparta tres consejos, que desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.

Isabel Torres: 1. Que dirección esté profundamente comprometida con como se escucha su historia y aborde el sonido como una herramienta narrativa mas allá de lo técnico; 2. El segundo es que la producción conozca a consciencia el trabajo del departamento de sonido tanto en rodaje como en post para así saber qué sonidista necesita su película y porqué esa persona y su trabajo valen lo que valen y 3.Que el sonido sea incluido en el proyecto desde la preproducción y se haga una selección de locaciones con consciencia sonora.


¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?

Isabel Torres: Enfrentarme al desconocimiento por parte de dirección y producción del sonido como herramienta narrativa y de sus tiempos y procesos.


Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido, la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió
.

Isabel Torres: La Niña Santa de Lucrecia Martel. La película aborda la adolescencia, la llegada de ciertas emociones y sensaciones a la vida de un niña que está en un grupo religioso. La directora logra transmitirnos esas emociones y sensaciones desde el sonido y con herramientas muy sencillas y obvias como el diálogo o mejor, la voz y el plano sonoro. La historia ocurre en el marco de una convención de fonoaudiología, así el tratamiento sonoro pasa a lo discursivo tocando temas como la escucha, mostrando cámaras para udiometrias, internándose de un modo muy sutil de lo mas pragmático a lo mas emocional, de cómo se escucha técnicamente a como se percibe la escucha emotivamente.

Giovanna Muzel da Paixão

¿Qué razones lo (la) llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?

Axel Muñoz: Estudié cinematografía para dirección pero ante la disyuntiva de tener que dedicarme a un oficio para vivir y pagar la renta, opté por sonido porque se me daba y también porque seguiría aprendiendo sobre dirección y actuación, aparte que es un oficio muy ligado a lo emocional.

¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina?

Axel Muñoz: me parece que como formación depende mucho de la cercanía del interesado o interesada en donde se filman las películas, series o publicidad de un país y en caso de tenerlo, una escuela de cine. El problema viene que al querer ser profesional se requiere una inversión fuerte para un equipo mínimo y conforme uno crece en experiencia, se sube el nivel de las producciones, pero también los requerimientos de mayor equipo y más costoso, es el cuento de nunca acabar.

¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?

Axel Muñoz: Creo que es intrínseco a la cantidad de producciones y coproducciones de cada país.

¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado? ¿Por qué?

Axel Muñoz: Desde Lucrecia Martel, Walter Murch, Alan Splet, y maestros que tuve como Samuel Larson y Gabriel Coll en mis inicios. Unos por imaginar y reinventar lo que puede hacer el sonido en el cine, otros por ser mis maestros de formación al inicio y enseñarme a escuchar.

Comparta tres consejos, que desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.

Axel Muñoz: 1.- Que al director o directora le importe el sonido tanto como la imagen, 2.- Que producción considere y contrate a un sonidista que le importe hacer bien su trabajo y 3.- Que quien haga el diseño sonoro, esté o se sepa quién lo hará. desde antes de filmar y no después de editar.

¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?

Axel Muñoz: Siempre los documentales serán los mayores retos.

Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido, la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió.

Axel Muñoz: A mi generación y contemporáneos siempre será Lucrecia Martel y La Ciénega, nos cambió la vida.

Matisse Gonzalez Jordan

¿Qué razones lo llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?
 Yesid Vásquez: desde que empecé a estudiar cine, en la Universidad Nacional de Colombia, el deseo de formarme como director siempre encontró dificultades a la hora de pensar en el sonido, no tanto a nivel conceptual, pero si a nivel técnico; dificultades también presentes en el cine colombiano. En el proceso de encontrar soluciones y a pesar de graduarme con una tesis como director, terminé haciéndome sonidista, de la mano del momento de cambio de la tecnología, y de los maestros colombianos que se formaron en el exterior.

¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina?
 Yesid Vásquez: con pocas excepciones, América Latina comparte el mismo idioma, siendo la voz humana el insumo principal del sonido, la empatía sonora es inevitable. Desde finales de los años ochenta las escuelas de cine y la profesionalización del oficio y el arte cinematográfico, tomaron importancia y encontraron adeptos en una generación ávida de contar historias, en medio de una sociedad latinoamericana con profundos cambios desde lo político y lo económico. En Colombia, la demanda generada por el crecimiento de la producción cinematográfica, impulsó a estos jóvenes que se formaban (nos formábamos) en cinematografía, hacia los distintos roles necesarios en los set de grabación. Los directores, a fuerza de tropiezos, empiezan a entender la importancia de un buen trabajo en el departamento de sonido, no solo para la captura, también para el proceso de postproducción, ademas de los ya formados en escuelas de Europa (del este también) y Estados Unidos, y entonces las escuelas de cine acentúan la formación de especialistas, así también la ingeniería de sonido se acerca a la cinematografía dándole un peso tecnológico muy importante. Pero el cine nació como oficio y los oficios se aprenden bajo las enseñanzas de mentores o maestros quienes a través de lo experiencial formaron las generaciones de sonidistas que hoy en día
encontramos en los sets de grabación y en las salas de postproducción. Es por eso que es muy extraño un sonidista que no haya tenido el rol de microfonista pues considero ese paso obligatorio en el proceso formativo del sonidista.


¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?
 Yesid Vásquez: Obviando el tema de la pandemia, el mercado para los profesionales del sonido en nuestro continente tiene varias opciones, empezando por los mercados locales, continuando con las coproduciones impulsadas por Ibermedia por ejemplo, en las que dos o mas países se juntan para producir. A este nivel el rol del sonido, tanto en directo como en postproducción, ha sido uno de los cargos que mas se ofrece en las negociaciones. La ley 1556 en Colombia favorece a las empresas extranjeras que hagan sus rodajes en el país, pero esta al ser una ley más de turismo que de cine, no protege al trabajador local pues las cabezas de equipo, generalmente están reservadas por la producción para los extranjeros (Europeos y norteamericanos principalmente) dejando para los locales labores secundarias aunque no menos importantes, que a pesar de todo han hecho posible la llegada de conocimientos y modos de trabajo que se van implementando en el oficio local.

¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado?¿Por qué?
 Yesid Vásquez: Mis primeros referentes del sonido en el cine vienen curiosamente del cine mudo, con películas que a pesar de ser silentes, parecían sonar, tal es el caso de la pasión de Juana de Arco, Carl Theodor Dreyer, o Berlín, sinfonía de una ciudad de Walter Ruttman, quien utiliza la memoria del espectador para incluya su experiencia en la que una película muda (o sorda) verdaderamente parece sonar. Los firmantes del “dogma 95” quienes en el segundo punto de su decálogo declaran: El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa (no se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda), todo esto en clara contravía con el creciente uso de múltiples efectos sonoros salidos del cine
de género. En No country for old man los Hermanos Joel y Ethan Cohen logran una experiencia sonora en la que hacen una apuesta por el no uso de música. La grabación multiplista y la creciente tecnología tanto en la grabación como en la postproducción y sobretodo en la proyección, en salas y en casa, permiten una mayor posibilidad creativa dando lugar a experiencias sonoras, como lo experimentada con The Dark Knight de Cristopher Nolan, o Mad Max, la furia del camino de George Miller en las que los universo inventados logran tener sus propias reglas.

Comparta tres consejos, que desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.  

 Yesid Vásquez: El trabajo del sonido se inicia en la preproducción. Se debe tratar de llevar la mayor cantidad de insumos sonoros a la sala de postproducción. No hay que quedarse callado ante un problema sucedido o por suceder, el silencio del sonidista en estos casos suele ser muy costoso para la producción. Aunque el presupuesto para el sonido sea el menos del 7% del total, vale la pena tener siempre en mente que el sonido, al final es, si o si, el 50% de la película.

¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?
 Yesid Vásquez: Uno de los mayores retos como sonidista, que se aplica para los demás roles, es trabajar con personas o compañeros que no sepan como es o en que consiste tu trabajo, y que este implica silencio. Pero sin duda el mayor reto ya en trabajo del sonido, es la negociación con la producción, tanto a nivel económico como en la selección y aprobación de
locaciones.


Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió. 
Yesid Vásquez: Whisky, de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella logra que el sonido refleje, de manera tremendamente cercana la sensación de hastío y monotonía que arrastran los
personajes, haciendo que cada locación, cada set (la fábrica, la esquina, el coche,
la cancha) se conviertan en otro personaje.

¿Qué razones lo (la) llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?

Ramiro Fierro: el interés en contar historias con un medio audiovisual fue lo que me llevó a estudiar cine, y descubrir el potencial que tiene el sonido para que esas historias calen más profundamente en el espectador, fue lo que me llevó a escoger el sonido, además del reto artístico que conlleva «manipular» algo tan etéreo como el sonido y provocar con él sensaciones y emociones perdurables en el espectador.

¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina?

Ramiro Fierro: muy pocas. Considero que la mejor formación, no solo para quienes quieren dedicarse al sonido sino para cualquier oficio del cine, es la formación especializada, es decir aquella en la que el estudiante no estudia para ser un «realizador generalista» sino para ser un cineasta especializado en algún oficio específico. Este tipo de formación se imparte en muy pocas escuelas de cine en Latinoamérica, siendo la pionera en ello, y quizá la más representativa, la Escuela Internacional de Cine y Televisión EICTV. A falta de este tipo de formación, lo que le queda a alguien interesado en trabajar en algún oficio del sonido para cine, y que ya es un «generalista», es encontrar un profesional activo que esté dispuesto a acogerlo como su aprendiz y a transmitirle sus conocimientos, pero este camino puede ser largo y sinuoso.

¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?

Ramiro Fierro: no muy optimista. Es cada vez más difícil ser, o seguir siendo, un profesional del sonido para cine: porque las oportunidades laborales son menores cada día debido a que hay desconocimiento por parte de muchos productores de qué es y cómo se hace el sonido de una película y han llegado a creer que el oficio del sonido es un oficio menor que «con las nuevas tecnologías» lo puede hacer casi cualquier persona.

¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado? ¿Por qué?

Ramiro Fierro: el trabajo de Walter Murch para las películas de Copolla y Lucas: por su capacidad de hacer de ellas verdaderos espectáculos audiovisuales en los que el sonido sí está a la par de la imagen en la construcción de la narración.

El trabajo teórico de Michel Chion sobre los mecanismos de la narración audiovisual: la obra de Chion es un referente indiscutible para quienes quieren ir más allá de lo técnico en la comprensión de cómo, y para qué, se hace el sonido de las películas.

Jerónimo Labrada, sonidista cubano, y Miguel Sandoval, sonidista mexicano: dos maestros de los que he aprendido mucho en dos etapas diferentes de mi carrera; del primero durante mi época de estudiante y del segundo trabajando juntos.

Comparta tres consejos, que desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.

Ramiro Fierro: tres consejos obvios: una película debe tener buen sonido directo, buen montaje de sonido y buena mezcla. Eso quiere decir que el sonido de una película es el resultado de la suma de cada uno de sus elementos, por más pequeño que sea; es el resultado de la calidad del trabajo de cada uno de los profesionales que intervienen y de las condiciones que la producción les proporciona.

¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?

Ramiro Fierro: uno de mis mayores retos fue hacer el sonido de la película El día que murió el silencio, de Paolo Agazzi, en 1997-1998. Fue la primer película «grande» en la que hice el sonido directo y la posproducción de sonido, por lo tanto yo era el responsable de todo el sonido de la película; fue la primera vez que grabé el sonido directo en una grabadora bipista, la Nagra IV-S, y en la que edité el sonido en un sistema de edición digital no lineal, ProTools III; además de que fue la primer película boliviana que tuvo mezcla de sonido surround.

Aparte de los retos técnicos fue un gran reto artístico, ya que la historia versa sobre un pacífico pueblo cuya tranquilidad, vida y paisaje sonoro se ven afectados de repente por la irrupción ruidosa de un forastero; por lo tanto lo sonoro no era un agregado sino que estaba en el corazón de la historia.

Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido, la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió.

Ramiro Fierro: Zona Sur, película boliviana de Juan Carlos Valdivia en la que hice el sonido directo y la posproducción de sonido. Zona Sur es un tour de force de puesta en escena, imagen y sonido. Es una película en la que lo que está fuera de cuadro narra tanto como lo que está en el cuadro; en la que la puesta en escena en planos secuencias y en profundidad pide y obliga una naturalidad en el sonido que solo podía ser lograda con el más alto grado de elaboración; una película en la que las voces y los espacios físicos adquieren una corporeidad que casi se puede tocar; además de que hay una exploración sistemática y profunda de la espacialización de las voces en el espacio acústico.

¿Qué razones lo (la) llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?

Juan José Luzuriaga: Desde pequeñno me gustaba mucho escuchar música. Adolescente, empecé a tocar la batería, y me fascinaba escuchar el sonido de la batería en todos mis discos. No tanto el ritmo o las notas, si no la sonoridad, el timbre, la propia materia sonora. Por un tiempo pensé en ser sonidista en la industria de grabación musical para poder «esculpir» la sonoridad. En paralelo, mi interés por el cine crecía –mi padre es cineasta y me mostraba muchas buenas películas– así que terminé decidiendo juntar mi fascinación por la materia sonora y mi interés por el cine.

¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina?

Juan José Luzuriaga: No estoy muy al tanto, pues yo estudié en Francia, y antes de ir allá analicé las opciones de estudio en Europa, no en América Latina. Pero sin duda el EICTV, en Cuba es uno de los lugares más prestigiosos del continente para estudiar sonido cinematográfico. Algunos de los profesores que tuve en La Fémis, enseñan ahí. Pienso también en el INCINE, de Quito, donde he sido profesor desde hace varios años. Es el único lugar del país con una formación específica, muy práctica, de sonido cinematográfico. Hemos recibido algunos estudiantes de la región.

¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?

Juan José Luzuriaga: ¿La pregunta se refiere al mercado laboral? Creo que compartir una lengua y muchos rasgos culturales hace que sea más fácil colaborar entre latinoamericanos. Por cuestiones de co-producción o de infraestructura, a menudo a los sonidistas de América Latina nos ha tocado hacer una parte de nuestro trabajo en otro país de la región, colaborando estrechamente con sonidistas de otros países. Conozco algunos colegas que trabajan siempre con editores de diálogos o artistas de foley de otros países. Hoy más que nunca, con las nuevas tecnologías, es más fácil colaborar a distancia. El mercado laboral se amplía.

¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado? ¿Por qué?

Juan José Luzuriaga: En películas, me ha impactado el trabajo de Leslie Shatz con Gus Van Sant en general y en The Last Days en particular. En esta película, ellos infringen todas las convenciones de trabajo del sonido directo y de la mezcla de diálogos. Hicieron lo impensable, lo «incorrecto» y el resultado es maravilloso. Una fuente de inspiración para atreverse a transgredir las reglas.

Pienso también en Once upon a time in the west de Sergio Leone. La dos secuencias iniciales son magistrales en cuanto al uso del sonido. Y ésto, mucho antes de que exista siquiera el término «diseño de sonido». Sergio Leone diseñó estos 10 minutos formidables con el sonido en mente, incitando al espectador a escuchar con atención, haciéndolo participar más activamente.

Por último, el cine de Robert Bresson. Admiro la economía de sus sonidos, su minimalismo, su rigurosidad para encontrar el sonido preciso. Y su libro «Notas sobre el cinematógrafo» es una constante fuente de inspiración.

Comparta tres consejos, que desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.

Juan José Luzuriaga:

  1. Al director debe importarle realmente trabajar la dimsensión sonora. Esto no significa solo contratar al mejor personal para hacer el sonido, significa, sobretodo, tomar en cuenta al sonido desde el diseño de la película, desde la escritura del guion y estar dispuesto a que el sonido «converse» con las otras áreas y pueda incluso modificar o adaptar las propuestas de fotografía, arte, etc.
  2. Dar la mayor importancia posible a la pre-producción. Solo así se obtiene un buen sonido directo, y esto facilita enormemente el trabajo de post-producción y diseño sonoro.
  3. Involucrar a los sonidistas lo más pronto posible en el proyecto. No solo a quién grabará el sonido directo, si no sobretodo a quien colaborará con el director en pensar el sonido de la película.

¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?

Juan José Luzuriaga: El año pasado terminé el diseño sonoro y la mezcla de Sumergible, de Alfredo León, en colaboración con mi colega Esteban Brauer. Por la pandemia todavía no se ha estrenado. Esta película sucede casi en su totalidad dentro de un sumergible, una especie de sumbmarino rudimentario que usan los narcotraficantes para transportar droga en el mar. Obviamente, el rodaje se hizo en estudio. El reto fue, a través del sonido, crear la ilusión de que verdaderamente estos personajes están en medio del océano. La mezcla, que yo tenía inicialmente previsto hacerla en unos 15 días, terminó tomando el doble o más. Nunca me había enfrentado a una película que necesite tantas capas de sonido, con escenas muy complejas, un claro ejemplo de la dificultad de lograr, simultáneamente, lo que Walter Murch llama «claridad y densidad».

Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido, la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió.

Juan José Luzuriaga: Más que una película, pienso en la cinematografía de Lucrecia Martel. Ví La Ciénaga siendo todavía estudiante en París. Recuerdo haber sentido cierto orgullo ajeno al escuchar tantos buenos comentarios de mis colegas franceses sobre la película y sobretodo, sobre su universo sonoro. Martel concibe su puesta en escena desde el sonido como punto de partida y por eso es tan original.

¿Qué razones lo (la) llevaron a dedicarse al oficio del sonido para cine?
Rosa María OliartMis estudios universitarios en la especialidad de medios audiovisuales, específicamente cine. Desde que descubrí los cursos ligados al sonido y entendí su potencial expresivo, me incliné por esa área.


¿Cuáles son las oportunidades de formación para un sonidista para cine en América Latina
Rosa María Oliart: pienso que la EICTV es un lugar ideal para la formación de un sonidista. Hay
también universidades públicas y privadas en Argentina especializadas en cine. En
Chile hay carreras de Ingeniería de sonido.


¿Cómo ve el mercado latinoamericano para los profesionales que se dedican al sonido para cine?
Rosa María Oliart Como una gran oportunidad, la cinematografía está creciendo en cantidad de producción lo que permite a los sonidistas poder estar en trabajo y creación permanente a la vez que hay espacio para que se integren nuevos profesionales tanto en el área del directo como del diseño y la mezcla.


¿Cuáles son los referentes del sonido en el cine que más lo (la) han impactado e inspirado? ¿Por qué?
Rosa María Oliart Bueno igual que para muchos me inspira Walter Murch y su capacidad de teorizar a partir de su práctica en el diseño y la mezcla cinematográfica


Comparta tres consejos que, desde su experiencia, contribuyen a que una película esté bien lograda desde el sonido.
Rosa María Oliart Que tenga un diseño único, coherente con la historia que se está contando y que contribuya a crear emociones específicas, así como una estética particular.


¿Cuál ha sido su mayor reto como sonidista?
Rosa María Oliart Realizar el diseño sonoro de la película Wiñaypacha, ocurrida a más de 5000 metros de altura en la puna del Perú, en donde la naturaleza era el antagonista de la historia.


Comparta con nosotros, una película latinoamericana cuyo sonido, la haga especialmente memorable y cuéntenos por qué la eligió.
Rosa María Oliart Hay muchas, pero si tengo que escoger una me quedaría con Amores perros, pues el sonido está permanentemente incidiendo en la tensión dramática de la historia y
representando el universo de las diferentes historias.

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