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Miroslava, de Alejandro Pelayo

3

Mar
2016

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Mucho antes de ganar tres premios Oscar de manera consecutiva por Gravedad, Birdman y The Revenant / El renacido, el director de fotografía mexicano Emmanuel “El Chivo” Lubezki ya hacía maravilla con la luz. Una muestra de este temprano talento es Miroslava, película de escrita por Vicente Leñero y dirigida en 1993 por Alejandro Pelayo. El trabajo de Lubezki tanto en exteriores como en interiores, en primeros planos o en distantes tomas cenitales, en pasajes de un falso documental presentado en blanco y negro, en el presente de la narración (1955) o en los flashbacks que describen la niñez y la adolescencia de la protagonista, es de una ductilidad y una belleza que ya permitían intuir el brillante futuro que tendría desde entonces en Hollywood. La película reconstruye la apasionante y trágica historia de Miroslava (Šternová), una bella actriz de origen checoslovaco que se suicidó en México a los 29 años, en pleno apogeo de su carrera (su último papel fue en Ensayo de un crimen, de Luis Buñuel) Interpretada de adulta por Arielle Dombasle (protagonista de Pauline à la plage, del maestro Eric Rohmer), Miroslava fue una figura de la época de oro del cine mexicano que llegó a trabajar con grandes estrellas en una treintena de películas (alguna incluso en Hollywood), pero su tortuosa historia familiar (sus padres habían huido del horror nazi en Praga), sus fallidas relaciones afectivas dominadas por las traiciones y su inconstancia emocional con tendencias depresivas la llevaron a tomar la trágica decisión final. Narrada desde diversos puntos de vista (sobre todo el del veterano actor Claudio Brook, que funcionaba como una suerte de confidente y padre sustituto, pero también apelando a la voz en off de ella), Miroslava propone un tono por momentos cercano al literario para describir la sensación de creciente soledad y agobio de la protagonista. Un film fascinante y realzado además por las bellas y seductoras imágenes (con mucho erotismo) de ese magnífico esteta del cine que es Lubezki. Por Diego Batlle, de OtrosCines.com, para Retina Latina

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