Skip to content

Miradas desde y sobre Cuba: siete cortometrajes documentales producidos por la EICTV

2

Mar
2017

Imagen destacada de la entrada
La realidad sociopolítica cubana a lo largo de las últimas décadas se ve reflejada en esta serie de documentales de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños en Cuba. Filmados en distintas épocas, estos siete cortometrajes sirven para conocer detalles de la vida cotidiana en la isla, especialmente en temas ligados a los Derechos Humanos, la salud, la política y economía cotidianas y el conflicto entre los que se quedan y aquellos que se van. Si seguimos vivos, de Juliana Fanjul es un premiado corto de 2010 que se centra en un geriátrico de mujeres, a las que se observa en su cotidianidad, en sus sostenidos esfuerzos por atravesar de la manera más digna posible una etapa de sus vidas en la que ni el cuerpo ni la memoria les responden como quisieran. Mezclando escenas más duras con otras tiernas y hasta humorísticas, el film trabaja sobre los rostros y los cuerpos, sobre los lugares y los objetos, para dar cuenta de manera tan empática como humana de esa situación. Similar en algún sentido pero muy distinto en otro es La casona, de Juliette Tuin. Aquí también son mujeres que habitan una residencia social, pero en este caso es de embarazadas, muchas de ellas jóvenes y con difíciles situaciones personales. Entre las mujeres que habitan el lugar, la cámara va enfocándose en algunos de los casos más complejos: una joven de 15 años con una mala relación con su pareja y un futuro incierto, y otras que están a punto de parir y no tienen ningún tipo de apoyo familiar o de contención de sus compañeros, por lo que dependen del personal de la casona en cuestión -y de sus compañeras de experiencia- para sobrevivir el día a día y soñar con un futuro más alentador. Pucha vida, de Nazly López, es un retrato íntimo de una veterana mujer que vive en medio de la Sierra Maestra, arreglándose sola en la boscosa inmensidad del lugar. La protagonista, sabremos, acompañó a la revolución castrista desde sus orígenes y ahora habita ese mítico lugar en el que ese movimiento cobró notoriedad. Pero Pucha lidia también con conflictos dolorosos, ya que su familia abandonó la isla para irse a Estados Unidos y hasta cambió su nacionalidad allí, lo que les impide volver a Cuba. En medio de esa tensión se desarrolla su vida, plácida en apariencia pero dolorosa en lo íntimo. Similar es el caso de Carmen, la protagonista de Los que se quedaron, del español Benito Zambrano. Filmado en 1993, es un corto que enfrenta a esta veterana, dura y militante señora con la idea de entender y/o reconciliarse con su hijo que, en la apertura de 1980 que permitió la emigración de muchos cubanos a Estados Unidos, dejó el país, traicionando, según ella, el espíritu revolucionario que le había inculcado. Con un formato casi de entrevista, Zambrano pone a Carmen a narrar y analizar la compleja situación en que se encuentra una mujer que, por su fuerte convicción política, no parece estar dispuesta a torcer el brazo para recomponer su situación familiar. La Chirola, del boliviano Diego Mondaca, también explora a modo de entrevista -pero más informal- la vida de un curioso personaje llamado Pedro, un ex presidiario cuya historia de vida, relatos y comentarios lo convierten en un verdadero sobreviviente de mil experiencias y un inteligente y ácido analista de su propia situación. Creativo y caótico, tierno y a la vez huraño, Pedro vive con sus pensamientos, sus recuerdos y sus perros, tratando de convertirse en la persona que siempre supo que podía haber sido, pero que recién pudo empezar a construir tras atravesar duras experiencias y entenderse mejor a sí mismo. La despedida, de Alejandro Alonso, tal vez sea la visualmente más subyugante de todas las películas de este ciclo, observando la vida cotidiana del anciano Pablo Fabelo en la zona de las ahora inactivas Minas de Matahambre. Con 84 años, ya nota que se acerca el final de su vida y mientras lidia con algunos problemas y situaciones familiares (su hija y nietos son parte del film), fuma habanos, busca objetos, medallas y papeles de tiempos idos, recorre el lugar con la nostalgia y tristeza de haberlo visto en tiempos mejores y más productivos. Y sabiéndose ya, algún modo, parte de la historia. Compacta y revolucionaria, de Claudia Alves, es un detallado documental acerca de los preparativos de los integrantes de una fábrica de cerámica blanca para participar en un lugar de honor en los festejos del Día del Trabajador, el feriado y la marcha más importante del año en Cuba. La película se detiene en los detalles de los preparativos, pero también deja entrever los conflictos internos y malestares que las distintas situaciones previas y posteriores al desfile van generando entre los protagonistas. Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina

Películas relacionadas

x