«La Farolera tropezó y en la calle se cayó y al pasar por un cuartel se enamoró de un coronel» es el inicio de un tema popular que, al menos en el Río de la Plata, es casi un mantra para los que fueron niños a lo largo de varias generaciones. Una canción anónima que la autora María Elena Walsh luego tomó, transformó en cuento y popularizó, y que años después –en la etapa post dictadura– provocaría cierta resistencia, especialmente por su letra. Pero eso no sucedía en 1965 y 1966 cuando se rodó Juegos y rondas tradicionales del Uruguay, un cortometraje de ocho minutos producido bajo la coordinación del musicólogo e investigador uruguayo Lauro Ayestarán y realizado por Mario Handler y Eugenio Hintz.
Recientemente restaurado en digital, el corto recupera esas y otras tradicionales canciones infantiles callejeras en el Uruguay, pasando por juegos como El rango y la más compleja Rayuela para luego mostrar tres rondas cantadas habitualmente realizadas por niñas como Andelito de oro, la citada Farolera y otro clásico de varias generaciones, Los oficios (esa que dice «Hacen así/así los zapateros/hacen así/así me gusta a mí»).
Además del notable trabajo de restauración, el documental es importante, fundamentalmente, por su propia existencia como documento y preservación de tradiciones y juegos infantiles sociales y callejeros que –en estos tiempos digitales y de comunicación virtual– se fueron perdiendo y tal vez vayan en camino de desaparecer del todo.
Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina
Gastón dice
Tengo 75 años y en 1947 ya cantaba la ronda de «La farolera».
Teníamos también otra canción con la farolera, de letra muy diferente.
Soy la farolera
De la puerta ‘el sol
Subo la escalera
y enciendo el farol.
Después de encendido
Me pongo a pensar
Que todas las cuentas
Me han salido mal.
Dos y dos son cuatro
Cuatro y dos son seis
Seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos
Anima bendita
Me arrodillo en vos.