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GPS para cinéfilos

2

Mar
2017

Imagen destacada de la entrada
Entre los muebles más hermosos imaginados por los hombres está la biblioteca. Numerosos libros adquieren un lugar cuidadoso en un mueble destinado al saber impreso y, a lo largo del tiempo, constituyen una biografía de nuestra curiosidad. La aparición del DVD primero y luego del Blu-ray fue para muchos una duplicación conceptual y concreta en sintonía con la acumulación de libros. El sueño de varios cinéfilos sería tener una holgada cuenta bancaria que permitiera obtener toda la oferta de The Criterion Collection, la selección más completa y diversa que un amante del cine puede concebir. Poseer cuatro paredes enteras con los títulos de esa compañía es la utopía privada de muchos. No existen en Latinoamérica empresas similares a Criterion o Masters of Cinema (otra ilustre colección). En ambos casos no solamente se trata de producir un disco que almacena una película en altísima calidad; hay una intuición correcta de que un film por sí solo es insuficiente para incitar a los compradores, a quienes se los considera más allá de la restrictiva y pragmática noción de clientes. En verdad, no se trata de una especulación comercial, sino de un sentido del deber (con legítimos fines comerciales). Esas compañías reconocen que las películas no solamente se ven, sino que también se discuten, y para eso es siempre edificante leer sobre ellas. Que todas esas películas estén acompañadas de pequeños libros con ensayos, entrevistas y materiales audiovisuales adicionales es la verdadera distinción. Ese añadido hace la diferencia. rlunaño Lo que sí existe en nuestro continente son las páginas para ver cine online. En principio, los sitios que incluyen cine latinoamericano, más allá de que no se especialicen en la región en cuestión, conjuran un problema novedoso: cada vez menos se manufacturan DVD y otros formatos afines para la compra en el mercado. Las películas más pequeñas, como también sucede con los cortos, una vez que pasan por los festivales o cineclubes empiezan a recluirse en un limbo en el que pueden permanecer hasta la eternidad (o hasta que los bits se desintegren; lo digital no es imperecedero y su inestabilidad es una desgracia que se comprueba a menudo). La diferencia específica entre muchas páginas similares de consumo de cine online es el añadido recién aludido. El trabajo crítico que se realiza en Retina Latina es una diferencia cualitativa frente a otras propuestas. El conjunto de textos dedicados a las películas, además de los ciclos que también tienen sus textos correspondientes, invitan a una discusión abierta sobre los films que el sitio propone y dispone gratuitamente. Hay otra propuesta en Retina Latina que es de vital importancia en el universo paralelo y expansivo de la web. El valor agregado no consiste solamente en presentar las películas con una biografía, una reseña, una crítica y varios fotogramas representativos del film. Tampoco hay una cambio cualitativo si la calidad de “proyección” es siempre satisfactoria; tal condición es un principio, un estándar mínimo de lo deseable.
La diferencia real y cualitativa reside en la variedad de títulos y en la recuperación de una historia del cine latinoamericano reciente que en el sitio tiene visibilidad.
Lo que el sitio prodiga es una selección que tiene una lógica. Frente a la oferta caótica de la web, en la que potencialmente se ofrece todo y se torna difícil elegir de manera juiciosa, Retina Latina organiza sus contenidos con un criterio reconocible y así conjura la dispersión de espacios de consumo. En este sentido, es una generosa biblioteca de títulos separados por categorías comprensibles. En un año, que no es mucho, se han visibilizado grandes películas recientes del cine latinoamericano (La vida útil, El lugar del hijo, Días de Santiago, La Sirga) o restituido en importancia y disponibilidad clásicos del continente (El imperio de la fortuna, La mansión de Araucaima, Una cita de amor, La pasión según Berenice). Si el sitio crece y se sostiene en el tiempo, un objetivo posible es devenir en el Criterion de la región, pero de naturaleza virtual. Es casi un deseo de quien escribe, pero también una verdadera vía potencial que excede la fantasía de un cinéfilo. Por ahora es firme la convicción de garantizar espacios de visibilidad y discusión. El futuro es indescifrable, no así la voluntad y los deseos. A un año de estar en camino, más de 40 cortometrajes y más de 60 largometrajes han burlado el no lugar en el que suelen existir los films de la región. En este espacio, las películas viven y los espectadores viven con ellas. Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina
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