Entrevista al director del Bogotá International Film Festival: «El BIFF es un laboratorio en sí mismo”
12
Oct
2017
Retina Latina: ¿Cómo surge el Bogota International Film Festival-BIFF?
Andrés Bayona: El BIFF nace como una iniciativa de los diferentes agentes de la industria audiovisual colombiana por el deseo de tener un verdadero festival de cine para la ciudad de Bogotá. En ese orden de ideas, los representantes de los exhibidores, distribuidores, directores y productores audiovisuales se reúnen desde hace cuatro años a pensar cuál debiera ser el festival de cine que la ciudad debiera tener, y que bajo el concepto de una programación arriesgada, diferente, y pensando sobre todo en atender sus audiencias locales, hoy en día presenta con orgullo una programación que ubica a Bogotá dentro de los grandes eventos del circuito fílmico internacional.
R.L.: ¿Cuál es el proceso y los criterios de selección?
A.B.: Bogotá que es una ciudad joven, rumbera, trasnochadora e intelectual, ve reflejada en el festival una selección de títulos premiados en los mejores festivales del circuito internacional acorde con lo que la ciudad realmente es. La importancia de los eventos culturales hoy en día se basa principalmente en el criterio de los programadores o curadores invitados, y para el BIFF, es un verdadero privilegio contar entre sus colaboradores con programadores de primer orden internacional como Raymond Phathanavirangoon, Javier Martín y Rebeca Conget, tres de los más importantes jóvenes programadores de los festivales de cine en la actualidad.
R.L.: En su calidad de director del festival y en su interlocución con el equipo de programadores, ¿cómo han percibido la producción latinoamericana orientada al perfil de obras que busca el BIFF?, ¿qué ha sido lo más destacable de esa participación?
A.B.: La explosión de jóvenes talentos en la región es indiscutible y es por eso que en estas primeras ediciones hemos realizado merecidos reconocimientos a Rodrigo Plá, Hernán Musaluppi y este año le hacemos un homenaje al joven director chileno Alejandro Fernández con cuatro de sus películas. Los latinoamericanos llevamos el talento del cine en la sangre y con el apoyo de los gobiernos de la región, los fondos públicos y privados han fomentado la producción cinematográfica de una manera importante. Ahora el reto queda en manos de la distribución y de la promoción regional y esta plataforma Retina Latina es un paso importante en esa dirección.
R.L.: Notamos que las secciones del BIFF, no responden a categorías tradicionales (procedencia, formato, duración) para agrupar las películas. ¿Cuál es el criterio para estructurar las secciones?
A.B.: El BIFF es un laboratorio en sí mismo y parte del reto es el estar reinventándose todo el tiempo. Nuestro público objetivo son nuestros jóvenes y parte de la estrategia de comunicación es el poder hablar el mismo lenguaje del segmento que queremos atender. Es por eso que no nos obligamos a mantener las secciones fijas durante el tiempo, porque de acuerdo a los títulos seleccionados para cada edición, podremos encontrar nombres y secciones diferentes pero que mantienen inmodificable el espíritu del festival.
R.L.: En la presentación del festival, señalan que su mayor interés es dirigirse a una audiencia joven, ¿qué los motiva a acercarse a este público y cuál ha sido la respuesta?
A.B.: Uno de los objetivos más importantes del festival es la inclusión de nuevas audiencias y la formación de públicos cada vez más críticos frente al consumo de las obras audiovisuales. Todo el esfuerzo del festival en programar que las exhibiciones estén siempre acompañadas para las sesiones de Q&A´s (preguntas y respuestas), las charlas diarias abiertas al público en la Cinemateca Distrital de Bogotá, la asistencia de más de 4.000 niños de los colegios de la ciudad dentro del programa BIFF KIDS, responden justo a esa estrategia de trabajar por y para los jóvenes de Bogotá.
Además de la programación de películas, el BIFF cuenta con espacios complementarios de industria y formación. Cuéntenos sobre cada de una de estas secciones. Respuesta:Este año llegamos a la segunda edición del BIFF BANG, el programa académico del festival. Más de 300 jóvenes estarán participando entre los diferentes talleres programados con un incremento del 200% en las solicitudes de inscripción sobre la edición anterior. Hoy en día el BIFF BANG incluye la participación de más de doce universidades del país y a partir de este año contamos con una importante participación del Servicio Nacional de Aprendizaje-SENA y de la Escuela Nacional de Cine. Igualmente, durante este año renovamos nuestra colaboración con el Encuentro Internacional de Escuelas de Cine del Festival de San Sebastián, más de 300 jóvenes se han beneficiado de manera gratuita de los talleres de formación no especializada, y esperamos próximamente convertir al BIFF en el lugar de encuentro regional para la producción audiovisual de contenidos y de los nuevos formatos tecnológicos.
Por otra parte, el FORO DE INDUSTRIA se ha posicionado como un espacio de diálogo y debate sobre los temas indispensables para la industria audiovisual de contenidos, y de la mano de la Comisión Fílmica de Bogotá y del Cluster de Industrias Creativas de la Cámara de Comercio de Bogotá, hemos comenzado a trabajar en el posicionamiento de la ciudad con una oferta de bienes y servicios de calidad.
R.L.: Este año FORO DE INDUSTRIA está enfocado en lo que implica una industria de contenidos propia, así como en la distribución del cine latinoamericano en diversas pantallas y mercados. Además, acogerá un espacio de reflexión de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica-CAACI sobre las transformaciones y retos de la coproducción cinematográfica en Iberoamérica. En este contexto, ¿cómo percibe la consolidación de una industria regional basada en contenidos propios, y en la interrelación entre sector cinematográfico y audiovisual e institucionalidad pública?
A.B.: Parte del éxito de la política audiovisual colombiana radica en el diálogo constante entre el sector público y privado. No es gratuito tener un sistema de convocatorias que son hoy en día un referente regional para los sistemas de ayudas públicas, y que ha convertido al país en un asesor permanente en esa línea de acción. Sin embargo y a pesar de haber fomentado de manera importante la producción, falta mucho camino por recorrer en la distribución y promoción de nuestras películas. Pensamos que ahora la tarea se deberá encaminar en acercar nuevas audiencias y en estrategias de promoción y distribución diferentes a las que se realizan en la actualidad, pues ahora el problema no es la producción sino la circulación y el acceso.
R.L.: ¿Cuál es su balance del BIFF en estos tres años de existencia, y cómo se proyectan en el contexto de otros festivales de cine en Latinoamérica?
A.B.: El BIFF nace como una iniciativa de la industria audiovisual local que intenta abrirse un camino diferente a otras ofertas que ya existen en la ciudad. Su fortaleza radica en la excelencia de la curaduría y en una programación pensada para algunos públicos específicos de la ciudad: en esta edición hemos duplicado el número de salas, hemos abierto la programación a espacios no convencionales y trabajamos conjuntamente con otras entidades de la ciudad como el Museo de Arte Moderno de Bogotá y la Orquesta Filarmónica de Bogotá para coordinar esfuerzos en la inclusión de nuevas experiencias culturales para nuestros habitantes. El festival es un evento incluyente para nuestros jóvenes y le apuesta fuertemente al talento local que hará parte de nuestra industria local de contenidos en un futuro próximo.
Finalmente, el BIFF pretende incluir a la cinematografía dentro de una oferta de calidad de los eventos culturales que hoy se programan en la ciudad y que están convirtiendo a Bogotá como una parada obligatoria para los amantes del séptimo arte.